Buenaventura parece estar rezada por el mandinga. En el mismo día, el miércoles, le cayeron dos baldados de estiércol, causados por su propia gente, que más parecen burradas. Ese día Celsia, la empresa de energía de los antioqueños, propietaria de Epsa, que presta sus servicios al Valle ,anunció que ante la imposibilidad de satisfacer las demandas exigidas por las consultas comunitarias o tribales, que comanda la estruendosa líder Rosa Solis, para permitir el paso de las redes eléctricas, cancela definitivamente la construcción de la segunda línea Yumbo-Buenaventura. Esa red permitiría al puerto tener acceso a la energía del interior por dos vías y así evitarían los atascos que en el pasado han sufrido cuando se daña o revientan la tradicional. Al mismo tiempo, el alcalde Eliécer Arboleda, miembro de la junta directiva de la Sociedad Portuaria, selló la obra ,que estaba a punto de terminarse, del nuevo puerto de Aguadulce que le hace evidente competencia a futuro al antiguo puerto de la referida Sociedad. Con ese acto no solo pone en peligro 500 millones de dólares invertidos, sino toda una política de desarrollo exportador que nos ilusiona a los colombianos. Alguna de estas burradas podrían reversarse. Lo de la alcaldada de Arboleda contra el nuevo puerto se arreglará con demandas, o con negociaciones entre los dueños del puerto viejo, encabezados por el municipio, aunque nos hará un daño en la imagen comercial, ahora que estamos tan mal. Pero como en Buenaventura se dice que el alcalde atrabiliario y la Rosa Solis son obedientes esclavos políticos de la gobernadora Dilliam, todos saben quien tiene la solución. @eljodario eljodario@gmail.com |
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