A principios del año leí el libro más reciente de Gretchen Rubin, Better Than Before, y descubrí que contiene un montón de ideas que se pueden aplicar de muy buena forma al aprendizaje de un idioma.
Te recomiendo que lo leas (a pesar de que ya después de revisarlo varias veces no me pareció tan bueno como para ponerlo en La Lista). Sí, sí está en español.
Hay tres estrategias que la autora menciona que me gustaron mucho y que yo misma he aplicado casi sin darme cuenta. Realmente son muy fáciles de implementar y tienen resultados sorprendentes.
Son:
- Pairing
- Conveniencia
- Inconveniencia
Pairing mode
A veces, hacer dos cosas a la vez es contraproducente. Pero en ocasiones puede ser justo lo que necesitas para desestancar un idioma o un proyecto.
La estrategia de "hacer binomios" me ayuda mucho a sentir que hay más horas en el día, y por lo tanto, contribuye a que disfrute más de las actividades que llevo a cabo cotidianamente.
De lo que se trata es de encontrar un par de actividades que mariden a la perfección.
La mejor manera de hacer esto es observar qué actividades ya haces en tu vida cotidiana que podrían ser susceptibles de emparejarse con otra.
Piensa en cosas como lavar los platos, bañarte, vestirte y prepararte para salir de casa, cocinar, manejar, etc. Actividades de mantenimiento y hasta descanso.
La idea es observar en cuáles de esas actividades entraría una segunda actividad relacionada con tu proyecto / idioma. De preferencia, alguna con la que siempre dices "Quiero hacerlo, pero nunca encuentro tiempo". Esta es una buena pista.
Lo más obvio (y que ahora está muy de moda) es poner un audio mientras haces algo que no necesite tu concentración, pero también puedes, por ejemplo, repasar fichas de palabras mientras estás en la caminadora / bicicleta eléctrica, o vas en el metro.
Hace poco, yo ponía podcasts mientras me bañaba, hasta que me di cuenta de que no era algo que me gustaba.
Descubrí que en la ducha se me ocurren muchas ideas (porque me relajo, yo creo) y que ponerle atención al podcast mientras intentaba recordar lo que había pensado, me abrumaba.
Ahora lo que hago es poner música mientras me baño y reproducir podcasts en inglés mientras cocino, y me encanta, es la combinación perfecta.
Aquí no queda más que observar, experimentar y cometer muchos errores hasta que se acomoden las actividades. El punto es disfrutarlo.
Conveniencia
Esta estrategia es, aparentemente, muy fácil: pon cerca de ti lo que te hace bien, haz fácil de acceder lo que quieres añadir a tu vida.
Muchas veces creemos que las cosas solo tienen valor si nos costaron mucho trabajo, o si conllevan un esfuerzo importante. Sin embargo, a veces las cosas más sencillas son las que más nos pueden ayudar.
Algo que a mí me sirve mucho es poner accesos directos en mi celular o en mi computadora de los programas o archivos que quiero usar.
A veces, el simple hecho de ver un icono en mi escritorio me recuerda una meta que tengo, lo cual no sucedería si estuviera oculto en la subcarpeta del fondo del mar.
Se trata de recordar que los seres humanos en general somos un poco torpes y que necesitamos que nuestro alrededor y nuestras herramientas tengan pistas exageradamente obvias sobre lo que queremos lograr.
Es sorprendentemente fácil olvidar una meta si no nos ayudamos a nosotros mismos a hacerla inevitable.
Así, pon el libro que quieres leer en tu buró para que cada que lo veas te acuerdes de abrirlo. Suena muy obvio, pero quizá te sorprenda, con la observación, lo mucho que tendemos a escondernos nuestros objetivos.
Inconveniencia
Por su parte, y como seguramente ya sabes, la inconveniencia consiste en alejar y complicar aquello de lo que queremos menos en nuestras vidas.
Hace poco me di cuenta de que odiaba con todo mi corazón ver mi celular y caer en el laberinto del Internet recién despertaba.
Fue un hábito que yo no planeé tener, simplemente se fue dando. Y sé que le pasa a muchísima gente.
No fue hasta que hice un gran, gran esfuerzo de conciencia que dije "Qué es esto, lo odio, ya no quiero ver mi celular al despertar".
La primera semana que decidí poner mi celular en la cocina la noche anterior, tuve síndrome de abstinencia y me quedaba en mi cama respirando profundamente mientras intentaba alejar de mi mente la idea de que mi vida ya había dejado de tener un sentido.
Pero poco a poco me fui acostumbrando y entonces la magia se hizo presente. Decidí que en lugar de quedarme pensando en la mortalidad de la pila de mi celular, iba a escribir en mi "diario" (journal).
Sustituir una adicción un hábito, con otro mucho más benéfico y agradable fue lo que realmente me ayudó a que ya no hubiera vuelta atrás.
Justamente anoche, por alguna razón, me distraje y dejé mi celular en mi buró y como ya tenía tan arraigado el nuevo y buen hábito, ni siquiera caí en la tentación al despertar, lo cual fue maravilloso y mágico.
En conclusión, este tipo de detalles que no llevan mucho tiempo ni esfuerzo implementar pueden crear grandes cambios que, a su vez, generan un efecto dominó que mejoran una cantidad insospechada de situaciones en nuestras vidas.
Uno cree que sabe cuál va a ser el resultado, pero la vida tiene la costumbre de sorprendernos casi siempre.
Así, te invito a ver qué pasa si comienzas a investigar cuáles actividades podrían embonar con otras; cuáles cosas "buenas" necesitas tener más cerca de ti o volver más accesibles, y cuáles obstáculos puedes alejar o complicar.
La gran ventaja de estas tres estrategias es que te permiten dirigir tu fuerza de voluntad (que es un recurso limitado) a otro tipo de tareas más significativas que evitar caer en una tentación perjudicial.
¿Qué opinas? ¿Ya aplicabas alguna de estas estrategias? Cuéntamelo todo en los comentarios.
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